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Un Testigo de la Fuerza de la Oración

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Santa Teresa de Calcuta Fruto del silencio es la oración.  Fruto de la oración es la fe.  Fruto de la fe es el amor. Fruto del amor es el servicio. Fruto del servicio es la paz. Tenemos tanta necesidad de orar como de respirar. Sin la oración no podemos hacer nada. Para mí, la raíz de los males que nos aquejan está en la f alta de oración. El primer requisito para la oración es el silencio. Las personas de oración son personas que saben guardar silencio. Todos los días, en la comunión, expreso un doble sentimiento a Jesús. Uno de gratitud, porque me ha dado la fu erza para perseverar hasta ese día. El otro es una petición: «Jesús, enséñame a orar». Cuanto más logremos almacenar en nuestras almas a través de la oración silenciosa, más podremos dar en nuestra vida activa. Con frecuencia, una mirada ferviente, confiada, profunda, dirigida a Cristo, puede transformarse en la más encendida oración. La oración es un doble proceso de hablar y escuchar. Él nos habla y nosotros le escuchamos. N

Cuento - Aquí está Juan

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Aquí está Juan Ocurrió en un pequeño pueblo perdido en la montaña. Durante la hora de la catequesis, un párroco enseñó a rezar de memoria unas cuantas oraciones a los niños. Pasado el tiempo, se dio cuenta de que todas las tardes entraba un niño en la capilla y se pasaba mucho tiempo allí. Llegaba a estar hasta más de una hora. El párroco, intrigado y deseoso por saber lo que haría tanto tiempo ese niño allí metido, le preguntó un día: - ¿Qué haces tanto tiempo en la capilla todas las tardes? Y el niño respondió con gran sencillez: Rezar. ¿Y cómo rezas? - preguntó lleno de curiosidad. Y el niño, inocentemente, le dijo: - Pues le digo a Jesús: «Aquí está Juan». Y luego escucho lo que me dice. - ¿Y qué te dice? - preguntó ansioso el párroco. - Me dice que me quiere - contestó el niño. - ¿Y tú qué le dices? - siguió preguntando. - Yo le digo que le quiero. - ¿Y qué más? - insistió el párroco. Entonces, el niño, mirándole con gran sorpresa a los ojos, le contestó: - ¿Le parece poco, padre?

Cuento - El Poder de la Mirada

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Mientras desayunaba, un hombre leyó una noticia del periódico que hablaba sobre la cantidad de personas que pasaban hambre en el mundo, y se dijo: - ¿Dónde está Dios para ayudarles? -Y luego continuó su vida con toda normalidad. A medio día vio en el telediario que hablaban sobre la gente que sufría y moría en el mundo por culpa de la pobreza y la injusticia, y se dijo: - ¿Dónde está Dios para ayudarles? -Y luego continuó su vida con toda normalidad. Por la tarde, mientras iba en el coche a su trabajo, vio a un mendigo dormir entre cartones en el suelo de la acera, y se dijo: - ¿Dónde está Dios para ayudarles? -Y luego continuó su vida con toda normalidad. Por la noche, cuando llegó a casa, vino abatido, cabizbajo y derrotado porque había perdido su trabajo, y se dijo: - ¿Dónde está Dios para ayudarme? -Y su vida ya no continuó con toda normalidad. Se llenó de tristeza y desesperación mientras se repetía: ¿dónde está Dios para ayudarme? Esa noche Dios le visitó en sueños para responder

Cuento - El Mundo de los Códigos de Barras

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Encerrados en su mundo de bienestar, vivían los códigos de barras que estaban satisfechos con lo mucho que tenían. No les faltaba de nada. Se dedicaban a ganar dinero sin parar, y sólo aspiraban a tener más riqueza y bienestar que nadie Medían el valor de las cosas y de los demás según el dinero que tuvieran. Por eso les gustaba ponerse como nombre la cantidad de dinero que tuvieran en el banco. A sí sus nombres eran números. « Tanto tienes, tanto vales », era su frase más frecuente. Así vivían los códigos de barras en su mundo de bienestar particular Todo parecía ir bien hasta que un día, uno de ellos, que se llamaba 7884831 69902, comenzó a provocar inquietud en los demás.   Estaba insatisfecho con lo que poseía. No tenía bastante con todo lo que había acumulado. Sospechaba que había algo que le faltaba. Había escuchado que fuera de allí existía una riqueza incomparable y de incalculable valor. Así que decidió salir en su busca.    Sin embargo, al salir de su mundo de riqueza y biene

Oración - 27 de mayo de 2023

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Padre, me pongo en tus manos. Haz de mí lo que quieras. Sea lo que sea, te doy las gracias. Estoy dispuesto a todo. Lo acepto todo, con tal de que tu intención vaya adelante  en toda la humanidad y en mí. Ilumina mi vida con la luz de Jesús. No vino a ser servido, vino a servir. Que mi vida sea como la de Él: servir. Que sea así de verdad, Padre. Te confío mi vida. Te la doy. Condúceme. Envíame aquel Espíritu que movía a Jesús.  Me entrego en tus manos, enteramente, sin reservas, con una confianza absoluta porque tú eres...  MI PADRE.

Cuento - El Oso de Peluche

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En la tienda de juguetes más grande de la ciudad vivía, en una de sus estanterías, un oso de peluche al que se le encendía la nariz cuando alguien le acariciaba las mejillas y movía las orejas cuando le tocaban los pies. Todos los días veía cómo niños y padres entraban y se llevaban de las estanterías los juguetes más famosos que salían en los anuncios de la televisión. Pero a él nunca lo tocaban. Muchos, cuando le veían, se burlaban de sus voluminosas orejas, de su nariz, de los ojos tan grandes y negros que tenía, de sus brazos tan finos o de las pezuñas de los pies tan grandes que tenía. Con frecuencia escuchaba cosas como estas: Y así iban pasando los días. El oso de peluche veía cómo los juguetes preferidos eran siempre los otros, los brillantes y bonitos, los que tenían brazos musculosos, robots con pies que tenían ruedas para moverse, muñecos con orejas y nariz perfectas y proporcionadas. Una noche, cuando todos dormían, fue al almacén de la tienda, allí donde estaban las piezas

Oración - 06 de Mayo de 2023

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ORACIÓN FINAL Catequista: Ven, Espíritu Santo, y envía desde el cielo tu luz. Ven Padre de los humildes, ven a darnos tu fuerza y tus dones. Hay tantas sombras de egoísmo en este mundo, hay tanta injusticia, tanta pobreza y tanto sufrimiento.   Lleno de bondad, inhunda con tu presencia nuestros corazones. Habítanos porque sin ti no podemos nada. Elimina con tu calor nuestras frialdades. Enciende nuestra fraterna solidaridad.  Ábrenos los ojos y los oídos del corazón, para saber descubrir tus caminos en nuestras vidas y poder ser constructores de Vida Nueva.  Voluntario: «Donde dos o más estén reunidos en mi nombre ahí estoy yo en medio de ellos». Todos juntos: Espíritu Santo,  Espíritu de Jesús,  ven a nosotros,  cubre nuestras comunidades,  danos valor y coraje  para vivir el Evangelio  y luchar por el Reino.  Espíritu Santo,  Espíritu de Jesús,  alienta nuestras fuerzas,  sosténnos en las dificultades,  ayúdanos a discernir. Que los conflictos  no nos inmovilicen. Enséñanos,  guía de